
El gobierno federal mexicano y la industria refresquera alcanzaron un acuerdo tras el aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que se aplicará a partir de 2026. El nuevo esquema fija un gravamen de 3.08 pesos por litro para bebidas con alto contenido calórico y de 1.50 pesos por litro para versiones light o sin azúcar, con el objetivo de reducir el consumo de azúcares e impulsar opciones más saludables.
La medida, impulsada por el Ejecutivo de Claudia Sheinbaum dentro del Paquete Económico 2026, busca combatir enfermedades como obesidad y diabetes, además de elevar la recaudación nacional. Sin embargo, este ajuste representa casi el doble del impuesto vigente en 2025, lo que ha generado preocupación en el sector por su posible impacto en los precios al consumidor.
En respuesta, Coca-Cola FEMSA y otras embotelladoras anunciaron un plan para reducir hasta un 30% la carga calórica de sus productos y ampliar su catálogo de bebidas sin azúcar. Roberto Campa Cifrián, de FEMSA, señaló que para 2027 “el 70% del volumen de producción nacional tendrá una versión de bajo o nulo contenido calórico”, respaldando una transición de mercado hacia opciones más ligeras.
Además del cambio en fórmulas, las compañías refresqueras declararon que trabajarán con sus canales de distribución para que las bebidas sin calorías sean más económicas que las convencionales, reduciendo así la brecha de precios. Analistas advierten que el nuevo IEPS podría generar un alza promedio del 10% al 15% en el costo final, aunque reconocen que su impacto sanitario dependerá de una correcta aplicación de recursos destinados a infraestructura y acceso al agua potable.