Google ha respondido al juicio antimonopolio que enfrenta en Estados Unidos, en el que el Departamento de Justicia (DOJ) busca obligarla a vender su navegador Chrome y posiblemente separar otros productos clave como Android. La vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, Lee-Anne Mulholland, advirtió que dividir la empresa frenaría la innovación estadounidense en inteligencia artificial (IA) y pondría en riesgo la seguridad nacional al beneficiar a China en esta competencia tecnológica global.
Mulholland explicó en un blog que la propuesta del DOJ implicaría la creación de un comité gubernamental para regular el diseño y desarrollo de los productos de Google, lo que obstaculizaría el avance tecnológico en un momento crítico. Además, señaló que separar Chrome y Android dañaría la seguridad de las plataformas y afectaría a las empresas que dependen de ellas, además de exponer datos sensibles de los usuarios a compañías desconocidas, aumentando riesgos de ciberseguridad.
El DOJ acusa a Google de mantener un monopolio ilegal en el mercado de motores de búsqueda, especialmente a través de acuerdos exclusivos con fabricantes como Apple y Samsung para establecer Google como motor predeterminado, lo que dificulta la competencia. La justicia estadounidense también busca que Google deje de pagar por posiciones exclusivas y permita mayor competencia en publicidad digital y tecnologías de IA.
Google rechaza estas medidas, calificándolas de radicales y perjudiciales para los consumidores y la competitividad estadounidense. La empresa planea apelar cualquier decisión desfavorable, argumentando que estas sanciones podrían frenar la inversión y el liderazgo tecnológico de Estados Unidos en IA, justo cuando la competencia global con China se intensifica.
El juicio, que comenzó en abril de 2025 y se extenderá por varias semanas, podría culminar con un fallo en agosto que determine si Google debe vender Chrome y modificar sus prácticas comerciales. Este caso es uno de varios procesos antimonopolio abiertos contra grandes tecnológicas en Estados Unidos, que buscan limitar su poder y fomentar la competencia en sectores clave como la publicidad digital y la inteligencia artificial.