
Salida definitiva de la energética española
La compañía Iberdrola, una de las principales generadoras privadas de energía en México, ha concluido oficialmente la venta de todos sus activos en el país, poniendo fin a su operación directa en el territorio nacional. Esta decisión marca el retiro definitivo de la empresa española, que hasta hace poco contaba con una amplia presencia en al menos 12 estados de la República.
¿Qué activos vendió Iberdrola?
Iberdrola México operaba 13 plantas eléctricas, la mayoría de ciclo combinado, con una capacidad total cercana a los 8,500 megawatts, lo que representaba una parte importante de la generación eléctrica privada del país. Estos activos fueron adquiridos por el Gobierno de México a través de un fideicomiso administrado por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), con el objetivo de fortalecer la participación del Estado en el sector energético.
¿Por qué se va del país?
Aunque Iberdrola no emitió una postura detallada en su comunicado oficial, hay varios factores que explican su salida:
- Tensiones con el Gobierno Federal: Desde el inicio del sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido crítico de las empresas privadas del sector energético, señalando que debilitan a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
- Cambios regulatorios: Reformas y nuevas políticas han limitado las operaciones y privilegios de empresas extranjeras en generación eléctrica, complicando su rentabilidad.
- Estrategia de desinversión global: Iberdrola también está reestructurando su portafolio internacional, priorizando inversiones en Europa y Estados Unidos, donde ve mejores condiciones regulatorias y de mercado.
¿Qué pasará ahora con esas plantas?
El Gobierno mexicano ha anunciado que las instalaciones adquiridas pasarán a ser operadas en su mayoría por la CFE, como parte de su plan de recuperar la soberanía energética del país. Con esta operación, el Estado pasará a controlar cerca del 55% de la generación eléctrica nacional, de acuerdo con sus estimaciones.
Impacto en el sector energético
La salida de Iberdrola genera reacciones encontradas. Por un lado, el Gobierno la considera una victoria estratégica para el control estatal. Por otro, expertos en energía advierten que podría disminuir la competencia, afectar la inversión extranjera y provocar una falta de diversificación en la oferta energética.
La historia de Iberdrola en México, que inició con fuerza en los años 90 y se consolidó en las décadas siguientes, termina de forma abrupta, dejando preguntas sobre el futuro del modelo energético nacional.