
El Gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, informó que desde el 11 de julio mantiene negociaciones con Estados Unidos para proteger a las empresas y empleos en ambos lados de la frontera, tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 30% a productos mexicanos a partir del 1 de agosto de 2025.
En un comunicado conjunto de las secretarías de Relaciones Exteriores y Economía, México calificó la medida como un “trato injusto” y reiteró que no está de acuerdo con la imposición de estos gravámenes, que representan un cambio profundo en la política comercial de Estados Unidos. Por ello, se estableció una mesa de trabajo binacional permanente para buscar alternativas que eviten la aplicación de estos aranceles y protejan la economía bilateral.
Trump justificó la medida argumentando que México no ha hecho lo suficiente para frenar a los cárteles de droga, responsables del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, y también mencionó el déficit comercial que considera una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. En su carta dirigida a Sheinbaum, advirtió que si México responde con represalias, Estados Unidos añadirá esos aranceles al 30% ya anunciado.
El anuncio afecta a todos los productos mexicanos enviados a Estados Unidos, incluso aquellos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y eleva los impuestos sobre mercancías como automóviles, autopartes, aluminio y acero.
México busca resolver el conflicto mediante el diálogo para evitar un impacto negativo en el comercio y la economía de ambos países, que mantienen una relación comercial estrecha y de alta dependencia mutua.