Contexto y justificación
El presidente Donald Trump anunció un fuerte aumento de aranceles sobre una amplia gama de productos provenientes de China, elevándolos hasta un 245 % en ciertos rubros. Según la Casa Blanca, esta tarifa acumulativa resulta de sumar diversas medidas: un 125 % aplicado por principio de reciprocidad, un 20 % adicional vinculado al combate al tráfico de fentanilo, y gravámenes suplementarios dirigidos a proteger sectores estratégicos como la alta tecnología y los minerales críticos.
China reaccionó de inmediato imponiendo a su vez aranceles de hasta un 125 % a importaciones estadounidenses y presentó una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio, calificando las acciones de Estados Unidos como una violación de las normas de libre comercio.
En Estados Unidos, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que interpondrá una demanda contra el gobierno federal argumentando que la imposición unilateral de estos aranceles excede la autoridad del presidente y pone en riesgo la economía de su estado, especialmente en los sectores agrícola y tecnológico.
El endurecimiento de la guerra comercial amenaza con desestabilizar cadenas de suministro globales, provocar alzas generalizadas en precios y generar incertidumbre en los mercados. Empresas y consumidores deberán prepararse para posibles incrementos en el costo y menor disponibilidad de productos importados, al tiempo que los gobiernos buscan vías diplomáticas para evitar una escalada aún mayor.