En medio de la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una nueva estrategia ha surgido desde el gigante asiático para desafiar los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump. A través de TikTok, fabricantes chinos están difundiendo videos virales que muestran cómo se producen realmente los artículos de lujo que se venden en Occidente, y ofrecen a los consumidores estadounidenses la posibilidad de comprar directamente desde las fábricas chinas a precios mucho más bajos.
Estos videos, que han acumulado millones de vistas, exhiben desde líneas de producción hasta detalles de la manufactura de productos de marcas reconocidas como Louis Vuitton, Lululemon, Birkin, Chanel y Gucci. En algunos casos, los creadores aseguran que los productos vendidos en China son fabricados en las mismas fábricas que los originales, con la única diferencia de que el etiquetado y el control de calidad final se realizan fuera del país. Por ejemplo, una influencer mostró pantalones de yoga hechos en la misma planta que Lululemon, pero que se venden por apenas 5 o 6 dólares, frente a los 100 dólares que cuestan en Estados Unidos.
Esta revelación ha generado un gran revuelo, ya que pone en duda la percepción de exclusividad y autenticidad de los productos de lujo occidentales. Además, muchos usuarios chinos están promoviendo servicios para comprar y enviar estos productos directamente a otros países, lo que podría socavar el negocio tradicional de las grandes marcas y sus intermediarios.
Sin embargo, expertos advierten que muchos de estos videos podrían estar promoviendo productos falsificados o imitaciones, y que las marcas de lujo niegan que sus productos finales se fabriquen en China. Louis Vuitton, por ejemplo, ha declarado que no produce sus artículos en ese país, y Lululemon afirma que solo un pequeño porcentaje de sus productos se fabrica en China.
El fenómeno, conocido informalmente como “Trade War TikTok”, no solo expone la brecha entre el costo real de producción y el precio final al consumidor, sino que también es una respuesta directa a los aranceles que han encarecido las importaciones chinas en Estados Unidos. Con la eliminación próxima de la exención de aranceles para importaciones menores a 800 dólares, se espera que esta tendencia de compra directa desde China se intensifique.