WinRAR es uno de los programas más populares para comprimir y descomprimir archivos, pero su modelo de negocio es peculiar: aunque la licencia cuesta alrededor de 29 euros (unos 567 pesos mexicanos), la mayoría de los usuarios no paga porque el software funciona sin restricciones después de los 40 días de prueba, salvo un recordatorio para comprar la versión completa. Además, Windows 11 ya permite abrir archivos .rar sin necesidad de WinRAR, lo que reduce aún más la motivación para adquirir una licencia.
Licencias y precios oficiales
Para quienes deciden apoyar a los desarrolladores de Rarlab, la compañía detrás de WinRAR, la licencia personal cuesta 29 euros y es válida de por vida para todos los ordenadores del usuario, siempre que no sea para uso profesional. Existen descuentos para educación y precios especiales para compras en volumen, especialmente para empresas y gobiernos, que constituyen la mayor fuente de ingresos de la empresa.
Merchandising para los fans que no pagan el software
Consciente de que la mayoría no paga por el programa, WinRAR lanzó a principios de 2025 una línea de productos oficiales de merchandising en colaboración con la marca Tern. Entre ellos destacan:
- Bolso WinRAR Archive Messenger: diseñado para parecerse al icónico logo de WinRAR, que son tres libros apilados y atados con una correa. Está fabricado con cuero vegano, tiene cierre magnético y correa ajustable. Su precio es de 131.8 euros (2,933 pesos mexicanos).
- Chamarra WinRAR Senior Varsity Jacket: adornada con parches que representan iconos del programa como “reparar”, “probar” o “borrar”. Está confeccionada con lana y forro de satén acolchado. Su precio es de 219.79 euros (4,891.53 pesos mexicanos), aunque actualmente está agotada.
Esta estrategia de merchandising es una forma creativa de monetizar la popularidad del software entre usuarios que difícilmente pagarían por la licencia, ofreciendo productos exclusivos y de diseño inspirado en la marca.
Curiosidades y antecedentes
En 2024, WinRAR y Tern lanzaron una camiseta que venía compactada físicamente y debía “descomprimirse” sumergiéndola en agua para poder usarla, una idea que causó revuelo en redes sociales. La empresa reconoce que la venta de licencias a usuarios individuales es minoritaria y que la mayor parte de sus ingresos proviene de ventas corporativas y gubernamentales.