Estados Unidos continúa reforzando su muro fronterizo en la zona que colinda con Tijuana, implementando nuevas medidas para disuadir el cruce irregular de migrantes. En una zona boscosa cercana al Faro de Playas de Tijuana, constructores han instalado un techo con un ángulo inclinado hacia el lado mexicano, una estructura diseñada para dificultar aún más el paso de personas que intentan llegar al país vecino.
Esta área se ha convertido en un punto frecuente de intentos de cruce, donde familias completas o individuos escalan la valla o intentan atravesarla con la esperanza de obtener asilo humanitario al entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza. Sin embargo, no todos logran su objetivo, ya que muchos caen del lado mexicano debido a las nuevas estructuras implementadas.
Además de estas medidas físicas, las autoridades estadounidenses confirmaron la cancelación definitiva de las citas tramitadas a través de la aplicación CBP One para solicitar asilo humanitario. Esta decisión, anunciada por la administración del presidente Donald Trump, ha dejado a miles de migrantes varados en Tijuana, muchos de ellos sin opciones para continuar su búsqueda del «sueño americano».
Susana Barrales, directora de la asociación civil La Casita Unión Trans A.C., destacó el impacto que esta situación tiene en la comunidad migrante, especialmente en aquellos pertenecientes a la diversidad sexual. «Muchas personas han regresado a sus estados de origen, mientras que otras se han quedado en Tijuana, buscando trabajo y enfrentando desafíos como la falta de acceso a servicios básicos y la discriminación por su orientación sexual», explicó Barrales.
Mientras tanto, el parque ‘De la Amistad’, un espacio simbólico entre ambos países, permanece cerrado, reflejando la tensión y las políticas restrictivas que continúan afectando a quienes buscan una vida mejor al otro lado de la frontera.
