Iglesia Católica impulsa talleres de diálogo para la paz
La Iglesia Católica en México ha iniciado una inédita capacitación para párrocos y laicos con el fin de crear puentes de diálogo con narcotraficantes y grupos criminales, con el objetivo de contribuir activamente a la paz en regiones golpeadas por la violencia.
Esta iniciativa, liderada por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, el Centro Lindavista y el Instituto para la Paz, se desarrolla mediante un taller en la Universidad Pontificia de México (UPM) que reúne a 40 sacerdotes y 30 laicos provenientes de Guerrero, Jalisco y Michoacán. El enfoque es dotar a los participantes de herramientas de negociación y construcción de diálogo para acercarse a integrantes del crimen organizado desde el ministerio pastoral.
Objetivo y metodología
El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, detalló que el principal objetivo es diseñar una metodología práctica que permita a los sacerdotes acercarse a estos grupos para promover la rehabilitación de delincuentes, atender a víctimas y reconstruir el tejido social. El curso toma inspiración de experiencias similares implementadas en Colombia, adaptándolas a la realidad mexicana.
“Parte de este taller es que precisemos tener alternativas y modelos de diálogo para poder acercarse a los integrantes de estos grupos, siempre buscando caminos de paz”, explicó el arzobispo.
Antecedentes y experiencias previas
Garfias Merlos recordó que desde hace al menos dos décadas la Iglesia mexicana ha trabajado en proyectos de paz, y desde hace diez años se considera establecer diálogos directos con criminales. Existen antecedentes en los que sacerdotes han alcanzado acuerdos con grupos delictivos para poder operar en zonas difíciles, garantizando así la continuidad de la labor pastoral y la seguridad de los feligreses y clérigos.
“En comunidades aisladas y conflictivas, hay sacerdotes que han tenido que lograr cierto entendimiento con grupos criminales para seguir con su ministerio sin riesgo”, señaló.
Temas adicionales del taller
Además de la negociación y el diálogo, el programa aborda:
- Impulso a la cultura de paz: generación de espacios educativos y promoción del entendimiento social.
- Mujeres como agentes de reconciliación: participación activa de las mujeres en procesos de diálogo y reconstrucción social.
- Organización comunitaria ante emergencias: estrategias para responder a situaciones imprevistas y fortalecer la atención común.
Este esfuerzo busca ser un paso más en la activa participación de la Iglesia mexicana en la construcción de soluciones ante la inseguridad y violencia, especialmente en regiones donde la actividad religiosa y comunitaria ha sido limitada por la presencia del crimen organizado.